lunes, 29 de noviembre de 2010

Segundo Domingo de Adviento

Isaías 11, 1 - 10    (Está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar)
Salmo 71               (El se apiadará del pobre y del indigente)
Rm 15, 4 - 9          (Acogeos mutuamente, como Cristo os acogió)
Mt 3, 1 - 12           (Os bautizará con Espíritu Santo)


Andamos entre lo nuevo y lo viejo; entre lo que ha de morir y aquello que ha de vivir por siempre; entre nuestro parco y, en muchas ocasiones, mezquino entendimiento y la siempre sobreabundante y cierta ciencia del Señor.
Seguimos maravillandonos que el león pueda algún día comer paja con el buey, sin recaer que tal día dejaría de ser león para ser una criatura nueva; pues el ser que nosotros identificamos como un león es fiero, fuerte... que para vivir, ha de alimentar su carne con la muerte de otra carne
Pero esto no ha de ser siempre así
No sabemos cómo nos alimentaremos aquel día futuro, si con el grano que el Señor guardará en su granero. Sabemos que no solo de pan vive hoy el hombre. Quizás ese día no necesitemos de otro Pan
Con todo, me temo que más nos vale no pensar demasiado
En un mundo que sigue razonando y actuando como si Dios "premiase" o "castigase" en esta vida terrena por lo bien o mal que nos va, por nuestra salud o enfermedad, por nuestro estatus social, por el reconocimiento que se nos debe... Dios Padre sigue prefiriendo al pobre, al indigente. ¿Nos consideramos pobres, indigentes? ¡Ay, que me acuerdo de aquella otra exhortación: "Si no te lavo los pies no tienes nada conmigo"!
Y yo que pretendo tener unos cuantos servidores que estén pendientes de mi...
Acogerte, no es convertirte en mi servidor. No es pretender hacerte de los míos "haciendote mio", esto es, de mi propiedad. No es hacerte mi amigo; ni hacerme tu amigo. Es pacer juntos en el Amigo
Hasta el buen Juan Bautista andaba anclado en el mundo: el grano contra la paja.
Todo lo creado por la mano de Dios Padre "es bueno"; nada es "paja".
Es nuestra manía de quemar las cosas,  clasificandolas "malas". Como si estuviera en nuestra mano tal poder de decidir qué es bueno o qué  es malo
Y hasta el propio Juan, como cualquiera de nosotros, pretende añadir al Espíritu Santo, el fuego "purificador"
Sin entender que al Espíritu le sobra con el Amor; éste sí: puro y purificador

En el Amigo
al + mc

1 comentario:

  1. Hola Su chico:

    Mi Fe es que la misericordia de Dios es Infinita.

    Deseo que esteis todos bien, tu, Marieta y tu familia.

    Una abraçada, Montserrat

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