sábado, 2 de enero de 2010

El Bautismo del Señor

Is 42, 1-4. 6-7; Salmo 28; Hc 10, 34-38; Lc 3, 15-16. 21-22

"Hijos de Dios, aclamad al Señor"

No era suficiente a la Palabra encarnarse de nuestra humanidad.
Quiso además rociarse de nuestros sueños y deseos; dejarse empapar de nuestras aspiraciones y esperanzas; sumergirse en nuestra sed de eternidad y salvación.
El Siervo profetizado por Isaías, se deja bautizar humildemente por el hombre, con agua, y traernos asi para todos nosotros, sin distinción, un bautismo de Espíritu Santo y fuego que nos hace sentir muy amados de nuestro Padre

2 comentarios:

  1. El bautismo de Jesús continúa la serie de manifestaciones del Señor. Jesús, iniciada la treintena, abandona Nazaret y se acerca a Juan el Bautista que bautiza en el rio Jordán. Hay mucha gente. Lucas escribe que todo el pueblo estaba expectante de un mundo nuevo, de escuchar una nueva palabra verdadera. Muchos dejaban sus casas y sus compromisos habituales para ir donde este profeta. No se puede esperar un mundo diferente si se sigue haciendo todo como siempre, si uno se queda como siempre. Jesús tambien abandona casa, tierras y trabajos y llega donde aquel predicador. Hay que moverse, al menos interiormente, para acercarse al Señor. Jesús aparece en medio de esa gente que está escuchando al Bautista y se pone a la fila como uno más, esperando su turno para ser bautizado. Juan, con el corazón ya purificado por la oración y con los ojos entrenados en las escrituras, nada más verle intuye que es aquel al que no es digno ni de desatarle las correas de las sandalias.Según la narración de San Mateo, Juan trataba de impedirle ser bautizado por él. Pero tiene que ceder ante la insistencia de Jesús. En el bautismo la primera manifestación es la humildad de Jesús. Se podria decir que la humildad del niño no ha cambiado mientrs ha crecido. A nosotros nos pasa exactamente lo contrario: cuanto más crecemos, más fuertes e independientes nos sentimos. Jesús adulto se pone a la cola y se deja bautizar. Mientras Jesús se sumerge en el agua, se abren los cielos. Es el momento esperado popr Isaias "Ah, si rompieses los cielos y descendieras" (está en Isaias 63) En Lucas "Se abrió el cielo y bajó sobre él el Espiritu Santo". El cielo triste de los hombres se abre y un nuevo horizonte aparece en la vida de los hombres. Es entonces posible escuchar palabras nuevas" Tu eres mi Hijo; yo hoy te he engendrado". El Padre, el Hijo y el Espiritu descienden sobre nosotros y nos muestran su amor. El cielo no está ya cerrado. Bienaventurados nosotros si nos acercamos al evangelio y escuchamos la voz del Pdre que nos llama a formar parte de su familia, como hijos predilectos.
    Vicente Alegre Mrtinez

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  2. La gran preocupación que inquietaba a los cristianos antiguos siempre que reflexionaban sobre el bautismo de Jesús era la de saber por qué el inocente, el santo, se acercó a recibir un bautismo de conversión. Evidentemente la respuesta es que con su ejemplo Cristo nos mostraba la plena identificación con los hombres o bien que con su contacto santificaba el agua del bautismo de los cristianos.

    Sea como sea, la festividad de este domingo, nos quiere mostrar la experiencia personal y su manifestación del conocimiento del Padre y del Espíritu Santo. Por el bautismo somos hechos hijos adoptivos de Dios, ya lo aprendimos de niños, pero ahora que algunos ya tenemos canas, nunca nos tendríamos de cansar de aprender qué significa: « ser hijo en el Hijo» y cuanto más, que gracias al bautismo somos miembros de la Madre Iglesia, es un gran honor pertenecer a ella y quizás en más de una ocasión, los hijos creyéndonos más doctos que nadie, la criticamos, la herimos y la abandonamos sin querer escuchar la voz del Padre:«Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto», en Cristo somos los amados y los predilectos.

    Entremos en esa comunión con la persona de Cristo y podremos purificar y renovar todas nuestras relaciones paterno-filiares, según el Espíritu que nos revela la Epifanía.

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