domingo, 27 de diciembre de 2009

Segundo Domingo después de Navidad

Ec 24, 1-2. 8-12; Salmo 147; Ef 1, 3-6. 15-18; Jn 1, 1-18

"De su Plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia"


Ser de “carne y sangre” era una expresión habitual de los hebreos para indicar lo caduco y débil de la naturaleza humana.
¿Por qué entonces dirá Juan en el prólogo a su Evangelio que “la Palabra se hizo carne” y no “se hizo hombre” o “tomó cuerpo”?
Os invito a retener esto en la mente cuando oigamos, primero a través de Pablo y Juan después, cómo la Palabra nos da la seguridad de ser “hijos de Dios” si creemos en el nombre de Cristo Jesús del que anunciaremos su muerte y proclamaremos su resurrección… poco antes de comer y beber su Carne y su Sangre.
Que ello nos ayude a escuchar con oído atento y comprender la Buena Nueva de hoy: haber sido llamados a ser morada, como Jacob, como Israel, de la Sabiduría Encarnada.

viernes, 25 de diciembre de 2009

La Sagrada Familia, Jesús, María y José

1 S 1, 20-22. 24-28; Salmo 83; 1 Jn 3, 1-2. 21-24; Lc 2, 41-52

"Dichosos los que viven en tu casa, Señor"

Sin iglesia chica (doméstica) no habrá Iglesia Grande

¿Es actual y realista el modelo de familia que nos presentará hoy el Evangelio: Un padre, una madre, un hijo, unos hijos?
Porque en nuestra sociedad empiezan a ser muy habituales niños con un solo padre, con una sola madre; niños con dos padres, quiero decir, padre él y su pareja, también.
Y con tanto divorcio y “recasamiento”, encontramos quien tiene tres o cuatro padres y también hasta tres y cuatro madres… Bueno, madres no; que madre no hay más que una, ¿verdad?
Por eso deber ser significativo que la fiesta sea la Sagrada Familia (dos puntos): Jesús, María y José
De un hombre, de una mujer, de un niño.
De José, que supo renunciar a sí mismo y romper con todo estereotipo de padre para ocuparse y preocuparse de su mujer y su hijo.
De María, obediente en aquello que realmente importa: favorecer la vida.
De Jesús, un niño, un adolescente que desea su libertad pero sabe someterse a la Voluntad.
Debemos aprendernos bien la lección que hoy se nos explica para que cuando se nos pregunte: “¿Quién es vuestro padre, vuestra madre, vuestros hermanos?” digamos con una amplia sonrisa, mirando alrededor: “Esta, ésta es mi familia”. Y alguna otra y algunos otros que circunstancialmente no están presentes, pero sí están donde realmente importan.
Así, pues, con gozo y en familia, escuchemos esta buena noticia que nos trae hoy la Palabra.



domingo, 20 de diciembre de 2009

¡Navidad!

Misa de medianoche. Nos nace la Palabra
¿Qué tal si compartimos una acción de gracias?

Con su permiso, espero, he adaptado una oración al Niño Jesús, de Juan XXIII

Dulce Niño de Belén, haz que penetremos con toda el alma en este profundo misterio de la Navidad. Pon en nuestros corazones la paz que buscamos, a veces con tanta violencia, y que tú sólo puedes dar. Ayúdanos a conocernos mejor y a vivir fraternalmente como hijos del mismo Padre.
Descúbrenos tu hermosura, tu santidad y tu pureza, ahora que estamos reunidos frente a tu portal adorando tu inocencia, tu desprendida pequeñez. Despierta en nuestro corazón el amor y la gratitud a tu infinita bondad. Únenos en tu caridad. Y danos a todos tu celeste paz.
Y gracias, gracias, Niño Jesús por seguir naciendo de María y el Espíritu Santo en cada corazón que te desea; por atreverte a querer que el mundo entero nazca a Ti en fuego y en agua viva.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cuarto Domingo de Adviento

Miq 5, 1-4a; Salmo 79; Heb 10, 5-10; Lc 1, 39-45

"lo que te ha dicho el Señor se cumplirá"
 
Cada uno de los que hemos colaborado en la realización de esta monición, hemos señalado una frase distinta:
“Aquí estoy yo para hacer tu voluntad”
“María se puso en Camino”
“Bendita tú porque has creído”
“Lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”

Desde antiguo, Dios se fija en lo humilde, en la pequeñez; en la voluntariedad de hacerse esclavo.
Es necesario nuestra entrega, la renuncia de nosotros  mismos, para que Cristo, en nosotros y por nosotros, pueda hacer  lo que siempre ha sido voluntad del Padre: ser un Camino de Encuentros: de nosotros con nuestros hermanos; de nosotros con El.
Por eso, al escuchar la Palabra de hoy, repitamos en nuestra mente y en nuestro corazón:
Si así lo creemos, así se cumplirá

martes, 8 de diciembre de 2009

Tercer Domingo de Adviento

Sof 3, 16-18a; Salmo (Isaías 12); Flp 4, 4-7; Lc 3, 10-18

"No temas, Sión, no desfallezcan tus manos"

Pese a que el mundo es rápido en silenciar a los mensajeros, no es capaz de anular de ellos lo más importante: el mensaje, lo anunciado.
Así lo vive Juan Bautista. Así oiremos su testimonio en el Evangelio.
Pero antes escucharemos que no hay mensaje más transcendente y primordial que aquél que llena de gozo no sólo o más a la persona que es dirigido sino el que también alegra y da alas a los pies del mensajero por ser portador de semejante envío.
Grande es el Santo de Israel que nos va a susurrar al oído: no temas, yo te amo y me gozo contigo.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Solemnidad de María Inmaculada

Sólo los hijos se olvidan de festejar a su Madre

Gn 3, 9-15. 20; Salmo 97; Ef 1, 3-6. 11-12; Lc 1, 26-38


"Aquí está la esclava del Señor; ..."


[Dedicado a sor Luisa que ha sabido vivir la virginidad en su cuerpo
y está preparada para ofrecer la desnudez de su alma]

La Palabra nos hablará hoy de virginidad y de desnudez.

De la fecunda virginidad de María; y del vergonzoso pudor de Eva y Adán.

Oiremos cómo la  humilde desnudez de María encuentra gracia ante Dios y le permite contestar: “He aquí la esclava del Señor”.
Y, también, la arrogancia de las virginidades perdidas de todos aquellos que revestidos de vanidad proclaman ser sus propios creadores, muy “dueños de sí mismos”.

Pero sobre todo, se nos hablará de esperanza: del alumbramiento de un precioso Niño que devolverá la virginal desnudez  a nuestros corazones.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Segundo Domingo de Adviento

Bar 5, 1-9; Salmo 125; Flp 1, 4-6. 8-11; Lc 3, 1-6

"Venga a nosotros tu Reino"

[Aunque la entrada tenga cero comentarios, para esta monición me inspiraré por el de sor Amiga Mía (no pretende ser una pista: todas lo sois), por hacer eso que ella sabe tan bien para agradar al Señor. (No pretende ser un elogio: todas lo hacéis).
La razón que ello sea posible, esto es, que yo pueda inspirarme en un comentario en blanco, es la comunión de los santos.
No es que yo (el burro delante) lo sea; el tentador no perdería el tiempo con ello, bien sabe dónde me duele. Y, en palabras de ellas: “monjas, pero no santas”; (aunque Dios diga lo contrario… ellas son así).
Pero sobre todo creo en la Comunión. Como muchos domingos, desde hace ya varios años, compartiremos la Mesa del Señor.
Y sobrarán comentarios.]

Al escuchar las lecturas de este segundo domingo de adviento quizás recaigamos en lo parecidas que son a las del pasado domingo:
Comenzaremos recordando las palabras del profeta acerca de la esperanza de Jerusalén en la Justicia del Reino de Dios.
El salmo alabará a nuestro Señor, Bueno y Recto, que sabe cambiar la suerte de los humildes
En la epístola, con una entrañable oración se nos animará a seguir adelante en aquello que agrada al Padre, que agranda nuestro amor y nos acerca al día en que Cristo nazca en nuestros corazones.
Y el evangelio, volverá a anunciarnos la Salvación.

La diferencia, notable diferencia, reside en el protagonista de cada evangelio.
El domingo pasado era Jesús proclamando, concluyendo, la Buena Nueva.
Hoy es Juan quien la inicia, anunciando un bautismo de conversión.
Juan, el más grande hombre nacido de mujer; pero insignificante comparado con el más pequeño que ya vive el Reino de los Cielos

Acojamos la Palabra con la ilusión con la que un niño aguarda la Navidad… ¡y sus increíbles sorpresas!

sábado, 21 de noviembre de 2009

Primer Domingo de Adviento

Jr. 33, 14-16; Salmo 24; 1ªTes. 3, 12-4,2; Lc. 21, 25-28. 34-36

Para esta monición hemos tenido la colaboración de Conchi (creo poder llamarla así).
Veréis; es la mujer de Fernando, sacerdote (entonces) que le diera la primera comunión a Mari Carmen, mi mujer. Después fué su profesor: de administrativo primero y de buena amistad después.
Compartimos con ella, Conchi, mi mujer y yo, la esperanza de que Fernando nos aguarda y nos ama en el seno del Padre.

Una vez más, el lenguaje escatológico de Jesús no pretende, para nada, infundirnos temor.
Bien al contrario, sabemos más que un deseo, es vocación de Jesus que no tengamos ni sintamos miedo.
Para eso ha venido, para liberarnos.
Pues tienen miedo los que se esconden, los que se ocultan. Los que agachamos la cabeza  porque el agobio de la vida nos embota la mente y el corazón
Pero la Palabra que oiremos hoy nos hablará de alzar la cabeza y de una liberación que nos llegará a todos, por igual. Sí, por igual; no según nuestros "equitativos repartos", sino que a todos los que, de una forma u otra, procedemos para agradar a Dios, Cristo nos abrirá la puerta de la habitación que nos tiene reservada, en su ciudad santa, la nueva Jerusalén, justicia de nuestro Señor.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Domingo 22 de Noviembre. CRISTO REY

(Dn 7, 13-14; Salmo 92; Ap 1, 5-8; Jn 18,33b-37)


Hoy celebramos la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. 

Las lecturas proclamarán la realeza, dominio y poder de nuestro Señor Jesucristo sobre todo lo creado, por días sin término

Una fiesta que culmina el año litúrgico con una contundente interpelación personal en forma de pregunta a nuestro Salvador: “¿Eres Tú el Rey de mi corazón, el Rey de mi universo?”

Será sobre todo en el evangelio, Su Palabra, que oiremos Su respuesta.

sábado, 17 de octubre de 2009

Un Buen Retorno

Hace ya algunos años, en una petición al Señor, decía: "Puesto que creo en Tí, no creo en casualidades..."

No puede ser una casualidad que esta aventura la iniciemos en la fiesta de Cristo Rey

Una solemnidad reciente; el año 1925 el papa Pío XI que no debió hacerlo tan mal pues fue duramente criticado por unos u otros (pero todos ellos beligerantes), escribía en Quas primas que: "(...) la mayoría de los hombres se ha alejado de Jesuscristo y de su ley santísima en su vida y costumbres como en la familia y en la gobernación del Estado";

y también: "que nunca resplandecería una esperanza cierta de paz verdadera entre los pueblos mientras los individuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de nuestro Salvador (...), Señor y Rey del universo, el Principe de la Paz"


Pero esto es un don de Dios que hay que aceptar.

Porque puedo constatar que desde que el hombre ha descubierto que la razón jamás le enseñará qué hay más allá de lo infinito y eterno, prefiere ocultar la cabeza en el agujero de su temporalidad.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Recuento de "No temas" en los Evangelios

[Para mayor provecho, ten una biblia a mano]

Tal vez podríamos empezar este recuento en Mt 8, 26
“¿Por qué teméis, hombres de poca fe?”

Después vendrán…

No los temáis, pues, [a los que os persigan] porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse…” Mt 10, 26
Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma (…)” V 28

En honor a la verdad debo incluir el resto el versículo

temed más bien al que puede perder el alma y el cuerpo en la gehena

Pero, como que no suena a amenaza sino a dar mayor confianza. Tenemos de nuestra parte “al que puede”. Seguimos

“(…) hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues;(…)” V 30.31

Ni siquiera a la cruz; ese cruel castigo impuesto por Roma, penosamente familiar para los judíos… y para nosotros (V38). Proseguimos el recuento… en 14,27

“(…) ¡Ánimo!, soy yo; no temáis”

Si  continuamos leyendo, la respuesta de Pedro nos resultará desconcertante pues, para fiarse de Jesús, le pide hacer aquello que sólo un instante antes le llenaba de pavor: ir a Él.
 ¿También es nuestro caso?; en cualquier caso, Jesús es, de nuevo, contundente:

"¡Ven! (…)"  V 29. Y volvamos a la cuenta… de forma sorprendente

“(…) Levantaos, no tengáis miedo” 17, 7

Exhortación de Jesús a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan; y a ti, y a mí…
¿Por qué nos asusta oír “Este es mi Hijo Amado”?

No volveremos a escuchar tan tranquilizador mensaje hasta después de su Pasión

“(…)  no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado;” 28, 5

Pero Él nos ama tanto que no es bastante que un ángel nos lo diga de su parte; muy seguido

“Entonces les dice Jesús: ‘No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán’” V 10

Pues vayamos todos a 'Galilea' donde Él está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo

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En Marcos la primera ocurrencia es bien entrado su Evangelio, concretamente poco antes de resucitar a la hija de Jairo que le dice a éste

“No temas; solamente ten fe” Mc 5, 36

Pero, curiosamente, casi empezamos como en el recuento anterior del Evangelio de Mateo. Solo que en este caso la exhortación se dice en un tono más positivo, más cariñoso: se trata de la vida de su hija, más importante que su propia vida.
También llama mi atención que, como en la Transfiguración, sólo se llevase a Pedro, Santiago y a Juan.

“(...) ¡Ánimo!, que soy yo, no temáis.” 6, 50

¿Cuántas veces nos asusta precisamente eso: esa capacidad suya para sorprendernos y sacudir nuestra mente embotada?

“(…) No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado”

Pero no hay manera; temor y espanto se apoderan de nosotros y callamos, ahogando la alegría de nuestra Salvación, por miedo.
Es tan difícil ver los signos que acompañan a los que creen. Suerte que la Palabra nos confirma en esta fe

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Con Lucas, en cambio, encontraremos la apelación apenas comenzar

“(…) No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada;”
Lc 1, 13

“(…) No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios”
V 30

Los paralelismos son sorprendentes. ¿Por qué se “castiga” a Zacarías por realizar una pregunta similar a la que hizo María? He de suponer que la forma de preguntar, el alcance de la duda, fue muy distinto. Pero a los dos los llamó por su nombre

“y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen” V 50

(Ya sabemos que el temor de Dios nada tiene que ver con el miedo; por mucho que algunos intenten metérnoslo en el cuerpo y, peor aún, en el alma)

“(…) No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;” 2, 10

No temas; a quién poco se le perdona, poco amor muestra 7, 47
Porque también a nosotros nos puede decir el Señor:

“(…) Tus pecados quedan perdonados”  V 48

O bien:

“(…) ¿Dónde está vuestra fe?” 8, 25 como dijera a los apóstoles en aquella tempestad calmada

Renunciar a la fe es aceptar el temor; pero, creíblemente, lo hacemos

“(…) le rogaron que se alejara de ellos, porque estaban poseídos de un gran temor. Él, subiendo a la barca, regresó.” V 37

Por eso el Señor nos insiste

“(…) No temas; solamente ten fe”  V 50

Y es por eso que solo los que tienen fe pueden admirar su transfiguración
Pero el temor es la gran baza del maligno enemigo que embota nuestra fe y, con su falta, nuestro entendimiento.

“(…) no lo entendían [el anuncio de la Pasión] y temían preguntarle” 9, 45

Pero el Señor, Buen Amigo, nos insta a tener fe y desterrar el temor de la duda

“Os digo a vosotros, amigos míos: no temáis (…)” 12, 4

La lógica (sí, sí: ¡lógica!) con la que el Señor quiere convencernos para no temer es aplastante:

“(…) no sois capaces ni de lo más pequeño, ¿por qué preocuparos de lo demás?” V 26

“No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino”
V 32

La fe; no perderla, pues basta ella sola para desprendernos del temor. No es de extrañar que Jesús nos pregunte

“(…) ¿Por qué os turbáis? ¿Por qué se suscitan dudas en vuestro corazón?” 24, 38

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[continuará]

miércoles, 25 de febrero de 2009

Padre, escúchame y perdóname

Es tiempo de conversión; esto es, de pedir y CONSEGUIR el perdón de nuestro PADRE

Pincha el siguiente enlace para escuchar la canción

Padre, escúchame y perdóname...


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viernes, 6 de febrero de 2009

Pescador Seglar

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Pescador Seglar (vídeo canción)