martes, 20 de diciembre de 2011

Niño nuestro...

Niño nuestro
que has nacido en el suelo,
significado tiene tu nombre:
contigo el Reino ha llegado.
Que nos amemos siempre todos
como Tú nos has amado
Tu cuerpo y sangre no nos falten cada día
Y que deseemos perdonar
tánto como necesitamos ser perdonados
No nos dejes caer en el desamor
¡libranos de ese mal!

Amén

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Inmaculada

Tantas veces evocada
ángel o demonio;
pero casi nunca, amiga.
Otras muchas,
madre, hija, hermana... o esposa;
pero casi nunca, compañera.
Siempre relegada
a ser puta o virgen;
¡tan pocas, mujer simplemente!
Por el hombre
apartada, menospreciada, injuriada, mutilada, ablacionada, violada, esclavizada
en su cuerpo y en su alma...
Y con todo, pese a ello, siempre
mujer: Inmaculada


A mi buena amiga Inma y a su hija (a ti también Vicente; y cómo no, incluyo a Marisa)
A tantas tristes princesas  (especialmente, una gaditana)
A todas vosotras,
mujeres
siempre inmaculadas

jueves, 17 de noviembre de 2011

Solemnidad de Cristo Rey

Ez 34, 11 - 12. 15 - 17 (El Señor me buscará,
                 "como sigue le pastor el rastro de su rebaño")
Salmo 22    ("y habitaré en la casa del Señor")
1Cor 15, 20 - 26. 28  ("Cristo tiene que reinar")
Mt 25, 31 - 46            (" heredad el reino preparado
                                        para vosotros...")


Cristo Rey
¿Cabe preguntarnos qué clase de 'rey' esperamos sea Cristo?
¿O, como sus paisanos, sobre todo sus contemporáneos, damos por supuesto que es el que nosotros esperamos ?
Cristo nunca ha sido el Mesias esperado... por la jerarquía establecida, por el poder, por los que buscan la gloria
Cristo nos nacerá pobre y necesitado: Principe así de los hombres emigrantes, harapientos, carentes hasta de lo más básico para sobrevivir. Futuro Rey de los rechazados o excluidos precisamente por aquellos que jamás le proclamarían soberano o señor.
Pero Cristo tiene que reinar
Y nosotros con El
Mas ¿cómo será esto?
Gobernándonos y gobernando a nuestro prójimo como se nos indica en el Evangelio
Y recordando que las parábolas, parábolas son; ejemplos que no podemos identificar con realidades absolutas: no hay derecha o izquierda en el Reino de Dios; ni mucho menos premiados o castigados
Solo el Amor, en el centro, atrayéndonos a El
Lo demás son humanas formas de hablar
Incluso de Cristo: Verdadero hombre
Precisamente de Jesús: Verdadero Dios y Señor
El me buscará, como Buen Pastor, siguiendo mi rastro; al encontrarme vendará mis heridas y me guardará junto a las más fuertes. Así habitaré en su casa, en la habitación que nos tiene reservada a los míos y a mí.
No puede ser de otro modo:  nos lo habría dicho

En el Amigo
al + mc

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Trigésimo tercer domingo del tiempo ordinario

Prv. 31, 10 -13. 19 -20. 30 - 31 ("Engañosa es la gracia") (?!!!)
Salmo 127                   ("Dichoso el que teme al Señor")  (!!!?)
Tes 5, 1 - 6                 ("Cuando estén diciendo 'Paz y seguridad'
                                     ... les sobrevendrá la ruina")  (????)
Mt. 25, 14 - 30              ("Tuve miedo")                           (!!!!)

No conozco señores más exigentes: que siembren (poco) y recojan (mucho) donde no (para nada) esparcen,  y a quienes tenerles miedo (todo) de oir "me voy de esta casa" que mis propios hijos.
Pero intento ser, especialmente para ellos, un empleado fiel y cumplidor.
Bien sé cuál es la ganancia de mis señores... ¿La habré de enterrar, porque ellos, ofuscados, inexpertos, prepotentes, así ahora -ganancia- no la entiendan?
¿Dejaré de atesorar para ellos la Sabiduría, tan necesaria... en este mundo y en cualquier tiempo?
¿Les dejaré hacer lo que quieran por miedo a que finalmente hagan lo que quieran?
¿He de enterrar mi talento que no es más que un enorme amor por ellos?
¡Si pudiera sentir indiferencia...!
Pero, mirad: no lo hago -enfrentarme a ellos- por temor a las tinieblas.
¡¿Puede haber mayor tiniebla que la incompresión de quienes más quieres y de quienes esperas no respeto sino -¡ay!- admiración por el esfuerzo y amor que les dedicas?!
Te hacen sentir como echado afuera, a las tinieblas...
Si actúo, ¡no podría hacerlo de otra manera!, es porque estos son mis talentos.
Y aunque mis señores son exigentes -he de cargar con mi cruz y mirar solo al frente- quiero, deseo, amo ser un siervo que, aunque sea por no saber hacer otra cosa, trata de ser fiel y cumplidor y obtener ganancias para  sus señores... que son mis amores

En el Amigo
al + mc

viernes, 4 de noviembre de 2011

Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

Sb 6, 12 - 16  ("La Sabiduría... la ven fácilmente los que la aman")
Salmo 62        ("... a la sombra de tus alas canto con júbilo...")
1 Tes 4, 13 - 18   ("no os aflijáis como los hombres sin esperanza")
Mt 25, 1 -13        ("Os lo aseguro: no os conozco")

Os lo aseguro: ¡No me conocieron!
¿Sería otro modo, otra foma de reproche que el Señor pudiera hacernos aquel día?
¿Cuál es hoy nuestro temple al interpretar el signo de nuestros tiempos?
¿Como hombres sin esperanza, llenos de reproches?
- "Si no hubieses abortado..."
- "Si no hubises aterrorizado..."
- "Si no hubieses violado..."
- "Si no hubieses robado y expoliado..."
Y un larguísimo "Si no hubieses "
Como hombres sin esperanza
Porque el hombre que sí tiene Esperanza, el hombre que aspira al Amor... sabe perdonar.
Porque intuye (quizás en lo más hondo de su ser recuerda) que perdonar es Amar
Y los que aman, SABEN
Pues... ¡cuánto AMAN los que poseen la SABIDURÍA!
¿Y si relego a mi hermano a la ignorancia... para mi provecho?
¿Si les niego mi amor por no llevarles a tu conocimiento?
¿O peor aún, si distorsiono... o aún más, si falsifico tu identidad...?
¿Si por mi culpa jamás llegan a tu verdadero conocimiento?
¿Llegarán a odiarne?
¡Quiera Dios que pese a mi necedad me amen!
Que, pese a reconocerme en mis errores, vean fácilmente mi Esperanza
y, como yo deseo amar y ser amado, así me amen.

En en Amigo
al + mc

viernes, 28 de octubre de 2011

Trigésimo primer domingo del tiempo ordinario

Mlq 1, 14b-2, 2b. 8-10 ("¿no tenemos todos un solo padre?")
Salmo 130                   ("... modero mis deseos, como un niño
                                      en brazos de su madre")
Tes 2, 7b - 9. 13          ("Os tratamos con delicadeza,
                                      como una madre de sus hijos")
Mt 23, 1 - 32               ("El primero entre vosotros
                                       será vuestro servidor")

¿No os suena como alegato del Padre y la Madre Pródigos?
Así nos ama la Trinidad: como un padre, como una madre
Nosotros, en cambio, lejos de amarnos como hermanos, nos juzgamos como enemigos extraños
El Padre es quien da verdadero ejemplo a su grey
Pudiendo ser dueño y señor; pudiendo ser el obedecido,
por puro desprendido amor se deja humillar por los incontrolados deseos de su hijos
Y como una madre, nos llora y aguarda
Un Padre que nos prepara y nos sirve la mesa
Una madre que se alegra de nuestras risas en ella
Siempre primeros en servir

En el Amigo
al + mc

viernes, 21 de octubre de 2011

Trigésimo Domingo del tiempo ordinario

Ex 22, 20 - 26    ("Si grita a mí, yo lo escucharé...")
Salmo 17            ("Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza")
1 Tes 1, 5c - 10  ("... llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes")
Mt 22, 34 - 40   ("... ¿cuál es el mandamiento principal?")

A vuelta con (que no contra) los fariseos
El domingo pasado sobre la ley del César
Este domingo sobre la ley de Dios
Una vez más, César y Dios sobre el mismo plano:
El hombre, que dicta y sobre todo exige cumplimento de la ley, de "su ley"
Y en frente un Dios, que quiere hacerse semejante a nosotros, y como un Padre, no impone ley sino que propone su Amor y aguarda nuestra respuesta
¿Y qué se nos enseña a responder?
"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser"
Leía en un librito que escribiera un sacerdote metido entre conventos que los monjes y monjas reconocían "relacionarse mejor con Dios que con sus hermanos o hermanas de convento". No pretende ser mayor crítica sino aquéllo que para muestra, un botón. (Mucho aprecio yo a mis hermanitas dominicas, para salir ahora con un renuncio)
¿Cómo se ama al Señor al que no "vemos"?
La respuesta es contundente, en un mandato semejante al primero y principal:
Amando a tu prójimo a quien sí "ves"
No hay más ley
Así lo decían y así lo anuncian los profetas..

En el Amigo
al + mc

jueves, 13 de octubre de 2011

Vigésimo noveno domingo del tiempo ordinario

Is 45, 1 . 4 - 6   ("...te llamé por tu nombre...")
Salmo 95           ("... decid a los pueblos: el Señor es rey...")
1 Tes 1, 1 - 5b    ("... cuando se proclamó el evangelio entre
                            vosotros no hubo solo palabras...")
Mt 22, 15 - 21  (" ... pagadle al César lo que es del César y 
                            a Dios lo que es de Dios...")

Seré breve, amigos.
Es el Evangelio de hoy ése que debiéramos coger y recitar la pie de la letra sin vacilación.
Con un pero quizás: la persona verbal.
Dios nos llama, se nos dirige personalmente, individualmente. Nos conoce y nos llama por nuestro nombre.
Así pues, debiéramos leer "paga al César lo que es del César y a Mí lo que es mío"
"Pagar" no es lo mismo que "dar". Matices de las traducciones. Igual que poner con mayúscula "César"; en el mismo plano que "Dios". César, nuestros goberanantes, no debieran ser seres abstractos: son, nos guste o no, nuestro projimo, nuestro hermano; por tanto con un nombre propio al que dirigirnos... y al que corregir fraternalmente si llega el caso. Pero de eso, hablaremos otro día.
"... y a Mí, lo que mío es". 
Si pusiésemos todo nuestro empeño en dar a Dios lo que suyo es (en vez que esquivar el asunto con estrategias como "¿qué es lo que debo dar a Dios?") no tendríamos que andar preocupados por lo primero: Dando a Dios lo que es de Dios, al César le pagaríamos lo suyo por añadidura.
(Cqd)

En el Amigo
al + mc

jueves, 6 de octubre de 2011

XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario

Is 25,6-10a     ("Ahí está nuestro Dios,
                         de quien esperábamos la salvación:")
Salmo 23         ("El señor es mi pastor, nada me puede faltar....")
Flp 4,12-14.19-20 ("... todo lo puedo en Aquel que me conforta.")
Mt 22, 1 - 14 ("Amigo, le dijo, 
                     ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?")

¿Temor?¿He de tener miedo a que mi Rey entre y me encuentre sin traje de fiesta?
¿Debo mostrar miedo y temor del Rey que desea celebrar la boda de su Hijo, Rey de Reyes?
Tánto desea celebrar esta fiesta, seguramente con una gran cena, que al verse despreciado de los que El sentía tan allegados, no duda en realizar una masiva llamada en todo su reino, a buenos y malos.

Miedo no tenían, no tienen, nunca lo tendrán esos que aun siendo su familia elegida reniegan de su invitación; temor no tenían, no tienen, nunca lo tendrán esos que aun sabiendo que se trata de una fiesta real acuden a ella como si de una burla se tratara, pues solo buscan el provecho que puedan sacarle: comer y saciar el cuerpo sin pensar por un solo momento en el gozo inmerecido de ser acogidos por su Rey

Y yo, que he aprendido de su Hijo, del Rey de Reyes a no tener miedo, a no temer...¿también habré de tener miedo de su Padre? ¿Le Tendré que temer?
¿Qué significado puede tener entrar (en el Banquete del Reino) sin el traje de fiesta?
De momento podemos apreciar que el "castigo" a tal osadía es bastante "peor" que el recibido por los "apóstatas" que renegaron la invitación: estos ultimos mueren ejecutados (no necesariamente "de mala muerte" y ya poco podría importarles que incendiaran su ciudad). Pero el primero es atado "de pies y manos y arrojado fuera; allí habrá llanto y rechinar de dientes"
Entrar en el banquete del Reino sin el traje adecuado singnifica claramente no creer en tal realeza sino más bien en otras "realidades" que imponen "otras vestimentas"

"Destruirá la muerte para siempre" anuncia el profeta Isaías.
¡Ay del que se vea arrojado fuera!... será el llorar y rechinar de dientes...¡tan al contrario de las risas y alegrías de una fiesta, de un banquete de bodas!
No; no tengo miedo del que invita
Temo reusar la invitación; más aún: recelo de mi vestimenta

¡Mas tengo fe... y todo lo podré en Aquel que me conforta!
¡Aquí está nuestro Dios, de quien esperamos la salvación!

En el Amigo que nos invita
al + mc

jueves, 29 de septiembre de 2011

Vigésimo séptimo domingo del tiempo ordinario

Is 5, 1 - 7  ("... sed jueces entre yo y mi viña")
Salmo 79   ("Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos")
Flp 4, 6 -9 ("...Y el Dios de la Paz estará con vosotros")
Mt 21, 33 - 43 ("... es un milagro patente")

"Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a su tiempo"
Si; indiscutiblemente así pensaba -y actuaba- un judío en la época de Jesús (judío también él)
Así, inexorablemente, seguimos pensado los que pretendemos ser sus testigos, sus incondicionales discípulos
Pesando en un Dios castigador... de los otros
Creyendo que la viña no tiene que ver conmigo sino en su fruto... para embriagarme rehuyendo la realidad
Cristo nos presenta a un Padre bondadoso, misericordioso
Ante la muerte de su Hijo... ante la muerte de tu hijo... ¿reaccionarías pidiendo venganza?
¿Te consolaría acaso a tí la promesa de una ganancia futura la eterna ausencia de un hijo?
Sin embargo el mundo promete ganacias tales. Y le creemos. Y alzamos altares. Y ofrecemos en ellos toda nuestra avaricia, nuestro egoísmo, nuestra vanidad... que jamás podrán confortar una pérdida tal.
Solo la Paz, semilla del Amor, puede consolar de tal manera
Y solo el infinito y eterno Amor del Padre puede restaurar, volver a la vida, la esperanza perdida. Incluso la que significa un hijo perdido
Ciertamente, un milagro patente

En el Amigo
al + mc

viernes, 23 de septiembre de 2011

Vigésimo sexto domingo del tiempo ordinario

Ez 18, 25 - 28  ("Si recapacita y se convierte...")
Salmo 24          ("El Señor enseña el camino a los pecadores...
                           ... enseña su camino a los humildes...)
Flp2, 1 - 11      ("Si querésis darme el consuelo de Cristo")
Mt 21, 28 - 32 ("¿Quién hizo la voluntad del Padre?")

Recapacitar... convertirse.
Todos somos pecadores; algunos "más persistentes y obstinados" que otros. Pero difícilmente se excluyen entre sí los términos "hombre" ("mujer") y "pecador" ("pecadora")
Si eso lo tengo claro, más aún la infinita bondad y paciencia de nuestro Padre hacia nosotros; más aún la eterna determinación del Maestro de instruirnos en sus caminos.
El "problema" es nuestro: no querer recapacitar; no sentir necesidad alguna de cambio. Los "otros" sí, claro; y "deben" hacerlo. Pero "nosotros" que somos "leídos y escribidos" no toleraremos que ningún nazareno nos muestre sus senderos (y menos tan estrechos); ¿convertirnos... ¡de qué!?
El Señor enseña el camino a los pecadores; hace falta sentirse humano, débil, desconsolado y desesperado por creer haber perdido la posibilidad de convertirse... y sin embargo ansiar el perdón; más aun ¡osar a desear sentirse resturado en humanidad, restituido en dignidad!
El Señor enseña su camino a los humildes.
Y temo que los cristianos, por ello, nos estamos alejando de su camino
Estamos ensoberbecidos por creernos los justos, los defensores de la vida, los dueños de la verdad
Nos contamos por millones, incluso de jóvenes; alardeamos de ello
Si en verdad fuésemos tantos... ¡seríamos los cristianos los más hipócritas de las criaturas! ¡Diríamos lo que no hacemos!... ¿Dónde están los millones de jóvenes impidiendo el linchamiento que acaba de consumarse en EEUU?... ¿Dónde los millones (contra los pocos miles de "ateos") que venden la muerte con la que este mundo pretende esclavizarles y lo entregan todo por dar y ganar vida para el bien llamado "cuerno de África" y para ellos mismos? Y la última pregunta ¿qué número hago yo?
Necesitamos la humildad, sobre todo nuestros dirigentes, de admitir que no lo estamos haciendo bien. Que no somos tantos. Y los que estamos ni somos buenos ni ya tan jóvenes (que los hay; muy afortunadamente; ¿y muy a pesar de...?). Necesitamos sentirnos pecadores y reconocerlo abiertamente. Con dolor; pero sin rabia. Con miedo, quizás... pero con esperanza. Ocultar, querer negar (y aferrarse al poder) solo traerá más dificultad, más muerte...
Ciertamente hay muy pocos humanos verdaderamente santos (lo que incluye la humildad) que no necesitan conversión. El resto, vaya que sí. Depende de nuestro orgullo y nuestra vanidad admitirlo
Puedo decir y aparentar muchas cosas. Pero solo una respuesta es importante: 
¿Hago la voluntad del Padre?

En el Amigo
al + mc




martes, 13 de septiembre de 2011

Vigésimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario

(Hoy os comparto la primera canción que escribí, hace casi 25 años, cuando al mediodía de mi vida el Señor tuvo a bien decirme qué haces ahí... sin ganarte el pan
¡dale al play!, por favor)



Is  55, 6 - 9   ("Como el cielo es más alto que la tierra,
                      mis caminos son más altos que los vuestros...")
Salmo 144     ("... el Señor es bueno con todos")
Flp 1, 20c-24. 27a   (" Lo importante es que vosotros llevéis
                      una vida digna del Evangelio de Cristo")
Mt 20, 1 - 16 ("El reino de los cielos se parece a un 
                        propietario que salió al amanecer...")

¡Qué distintos los planes del mundo y los planes de nuestro Padre Celestial!
Tanto como lo es la vida de la muerte
El mundo reclama de cada uno de nosotros un ¡has de ganarte la vida!.
Sin importarle si sabrás hacerlo o trampearás en el intento.
Sin afectarle si podrás hacerlo o morirás en el intento.
A nuestro Padre Celestial sí le importa que sepamos ganarnos nuestro pan de cada día.
Y que podamos hacerlo; a diario
Porque con y por el Pan de cada día, no valen trampas, ni excusas, ni escaqueos.
Todos debemos ir a trabajar la viña de nuestro Señor, laborar y edificar nuestra Vida.
Pretender cobrar más o tener más mérito por nuestro trabajo es pretender hacer razonable a Dios, esto es, que entre en razón... en nuestra razón
Es querer ganarnos la vida... y no Su Amor
Olvidando que Dios cabe en nuestra humanidad por pura iniciativa suya de esta razón
Solo por amor, ¡qué sinrazón para nuestros siempre prácticos e interesados corazones!
Por eso los que más razonamos somos lo que peor amamos
Porque nuestro más grande o sutil descubrimiento cabe en el pequeño frasco que somos. Como el más caro y oloroso perfume... que nada puede competir con las lágrimas de dolor para lograr el perdón
No así el amor que compite en infinitud y eternidad con la mismísima Trinidad
Construir el Reino de los Cielos en este mundo empezaría por cambiar currículos:
Nada de ganarte la vida... has de ganar tu diario Pan
Y la primera, vendrá, abundante, por añadidura

En el Amigo
al + mc


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Vigésimo Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario

Ec  27, 33 - 28. 9  ("... y perdona el error")
Salmo  102           (" El Señor es compasivo y misericordioso")
Rm  14, 7 - 9        ("... para esto murió y resucitó Cristo")
Mt  18, 21 - 35   ("... se adelantó Pedro y preguntó a Jesús")


Perdonavidas.
Voy de “perdonavidas” obcecado en descollar la broza ajena y creyéndome inmune al pedregal de mi mirada.
Perdonavidas.
Sin acabar de entender que Tú me has perdonado  lo que yo (sin Ti) jamás lograría a perdonarme: ser autor de mi propia muerte y cómplice de tantas otras muertes.
Perdonavidas.
Sin querer comprender que solo por el perdón alcanzaremos amor.
Como Pedro necesitó perdonarse tres veces (que no siete) para sentirse plenamente amado del Señor; y exclamar “Tú sabes que te amo”. Así  necesito yo perdonar y sentirme perdonado.
Porque quien ama, perdona. Y quien es perdonado es capaz de amar mucho más. Hasta siete veces; o más.

En el Amigo
Al + Mc

Pd. La canción puede que no sea muy "de misa"; pero me gusta.



viernes, 2 de septiembre de 2011

Vigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario

Ez 33, 7 - 9      (" A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya..."
Salmo 94          (" No endurezcáis vuestro corazón ")
Rm 13, 8 - 10   (" por eso amar es cumplir la ley entera ")
Mt 18, 15 - 20 ("Si tu hermano peca... ")


Cita Marko I. Rupnik, SJ, en un comentario en "Magnificat", de los antiguos monjes: "enseñan que la corrección fraterna es una manifestación de la caridad y se puede hacer cuando el corazón no guarda rencor ni rabia ni soberbia”.
Parece fácil escapar a las dos primeras condiciones: ¿Por qué habría de guardar rencor a quién ha pecado contra su prójimo (que no contra mi)? No; más bien me es fácil mostrar compasión y deseos de que se pidan perdón y lleguen a perdonarse.
Por otra parte, no creo ser causante de rencores o rabias contra mí. (Y caso de serlo, ¡claro que les perdono!)
¡Ay de mí que no soy capaz de ver y entender que son tan difíciles de conseguir como la tercera y más contundente premisa!
La soberbia
Mi soberbia al creer que puedo y debo ser yo quien realice la fraterna corrección.
¿Qué alguien ha decirle al hermano errado y caído una palabra enfrentada a su conducta? ¿Qué repase la lectura de Ezequiel? ¿Qué seré responsable también yo si guardo silencio?
¿Qué significa guardar silencio? ¿Será acallar la Palabra no poniéndola en obra?
¿Y qué obras reclama el Señor? ¡Misericordia quiero... no endurezcáis vuestros corazones!
Alma mía... ¿dónde están los que te acusan? Ve y en adelante no guardes rencor ni rabia ni soberbia

lunes, 22 de agosto de 2011

Vigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

Jr 20, 7 - 9       ("... y me dejé seducir")
Salmo 62          ("mi carne tiene ansia de tí,
                          como tierra reseca,agostada, sin agua..."
Rm 12, 1 - 2     ("... presentar vuestros cuerpos como
                           hostia viva, santa, agradable a Dios")
Mt 16, 21 - 27 ("... y entonces pagará a cada uno 
                           según su conducta")


Por un instante me he dicho: ¡ya estamos con la falacia de las contradicciones!
Una vez más, argumentos sólidamente "cristianos" con los que aquéllos más "católicos" combaten a los otros más "protestantes" (o viceversa):
"¿Sólo la fe salva? ¿Basta, tan solo, la fe?"
Parece que el  Evangelio hoy da la razón a los que niegan esto último: ¡debemos hacer buenas obras si queremos salvarnos!
Siempre defenderé nuestra entera y perfecta igualdad con Cristo referente a nuestra humanidad y la suya. Pero la divinidad es solo de Él. Sólo su acción salva. Nada que nosotros podamos hacer inutilizará su Sacrificio. Nada que dejemos de hacer invalidará su Amor
Entonces... ¡nos olvidamos de hacer otra cosa que "tener fe"!
Mirad (y perdonad que no pueda eludir mi vocación): Muchos alumnos me dicen: "He estudiado mucho y sin embargo temo suspender el examen"
¿No os suena a una falacia, a una pretendida pero falsa contradicción?
Quien estudia diariamente... (sin "empollar"; ni mucho menos "atracarse" la noche anterior)
Quien pregunta "a tiempo o a destiempo"; quien indaga, quien más que buscar respuestas académicas prefiere cuestionar y cuestionarse...
Quien realmente vive sus estudios dejándose "seducir" por ellos... porque está convencido que ellos, finalmente, conducen a la "buena vida", a la vida buena...
Quien no ve en el estudio un medio sino el camino, el único Camino... 
Quien así lo hace realiza inexorablemente  buenos examenes. Y, aun en los días "peores", no son malas sus notas
Porque quien realmente estudia a diario lo que debe como se debe, no tiene problemas de ninguna clase
Lo mismo pasa con las obras y la fe
A la verdadera (y estudiada) fe, acompaña sin duda alguna edificantes obras
Lo demás... son excusas de mal practicante (perdón) de mal estudiante
Un apunte para los más aventajados (ahora que desde el ministerio se nos pide la "excelencia"):
Se nos pagará por nuestra conducta, por nuestra forma de conducirnos
No por llegar (o no)  a nuestro "destino"; no por llegar (o no) con más equipaje... o menos lastre
No por llegar más pronto que otros; o habernos tomado excesivo tiempo contemplando "el paisaje"
Por nuestra forma de conducirnos... ¿Cómo se hace eso?
Suelo contestar a mis chicos: "¡con mucho cuidado!"...  quiero decir, con mucha fe; repetir el ejercicio hasta que nos salga bordado.
Si... para ello, el estudio ha de cautivarnos... de alguna forma seducirnos... hacernos creer que, ciertamente, renunciar a una siempre más "cómoda" vida nos conduce a una segura Vida; sin contradicción alguna
Es ciencia; y es fe (y una pequeña chanza contra cierto anuncio publicitario)

En el Amigo
al +mc

sábado, 20 de agosto de 2011

Vigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario

Is 22, 19 - 23       ("...llamaré a mi siervo...le vestiré tu túnica...
                              le daré tus poderes...")
Salmo137             ("El Señor es sublime, se fija en el humilde")
Rm 11, 33 - 36     ("¡Qué insondables sus decisiones!...")
Mt 16, 33 - 36     ("Ahora te digo yo: Tú eres Pedro...")

Leo (en esta WWW del Señor uno encuentra de todo) un nada católico comentario -a mi parecer, claro- donde su autor quiere poner de manifiesto que "un simple mortal" no puede ser sustento ni pilar donde edificar la sacrosanta iglesia de Dios. Argumentos no le faltan: pasando por san Agustín y su tratado 124 o su sermón 13 : "Tú eres Pedro, y sobre esta Roca (piedra), que tú has confesado; sobre esta Roca que tú has reconocido diciendo: tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo, edificaré mi Iglesia; sobre Mí mismo, que soy el Hijo del Dios vivo, la edificaré, y no Yo sobre ti"  sin faltar san Cirilo, san Hilario, san Jerónimo, san Juan Crisóstomo, san Ambrosio, san Braulio...padres de la Iglesia  y afirmar que así fue reconocido en los concilios de los tres primeros siglos de la Iglesia cristiana.
Sin embargo no hace falta que me lluevan citas de otros textos de ¡los mismos autores! y posteriores para reafirmarme en un simple hecho: sé leer... y leo: "Ahora te digo yo: Tú eres Pedro..."
Sí. Cristo da a un simple mortal humano (como El mismo quiso ser -¡qué  insondable esta decisión!-) todo el poder en la tierra, nuevo ya paraíso terrenal re-conquistado por su sangre.
¿Por qué escandalizarnos de ello?
Ya así lo hizo su Padre (nuestro Padre) con Adán: le otorgó el poder de dar nombre a las cosas, a los animales... a todo lo creado. ¿Necesitaría llaves para ello? Naturalmente, solo son símbolos
¡Ay Dios!
O bien endiosamos a la forma de este mundo a nuestros obispos (enjoyándoles "como Dios manda") o peor les hacemos indignos de ser lo que Cristo Jesús, Señor nuestro, vino a confirmarnos: no dejamos de ser humanos al pecar; es más: ¡pese al pecado, Dios Padre ama nuestra humanidad! Así lo mostró Jesús en su Encarnación. Así lo ratificó Cristo en su muerte en la cruz por Amor
Para Dios Padre, cada humano y, por la comunión en Cristo, toda la humanidad, es único.
Jesús es el Primogénito e incluso el Unigénito Hijo de Dios; pero no "el único". Todos somos, igual que Jesús, hijos santos e irreprochables a su vista; únicos. Tanto que dejará al resto por ir a buscar a uno, extraviado, de nosotros... con tal que sea tan fuerte su fe (su esperanza y su amor) que le haga exclamar: ¡Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo!
Naturalmente que, por ello, no me resulte difícil creer en la infalibilidad del obispo de Roma: cualquiera de nosotros, salvo que rotundamente quiera fallar, lo es.(También yo; por eso, entre otras cosas, confío que mis hijos disculparán todos mis errores para con ellos, pues sabrán y sentirán, que me condujo quizás también mi ofuscación en el error pero sobre todo el amor. Y naturalmente creo en la virginidad de María: acabo de decirlo, todos y cada uno de nosotros somos santos e irreprochables a la vista del Señor. Y así todo el catecismo y su jerarquía
No hay monseñores. Hay un solo Señor Jesucristo. Solo El murió y resucitó por nosotros
Del resto, humanos y bien humanos, diremos (hoy, en Madrid):
¡Benedito el que viene en nombre del Señor!

en el Amigo
al + mc

(Pd. En todo caso, bueno es sentir que se puede -y se debe- discrepar de la fe nuestros mayores cada vez que así lo necesitemos. Doctores tiene la iglesia para mostrarnos, maternalmente, el verdadero camino.
Pero recordando, ella como nosotros, que si consolidadas son las enseñanzas y las costumbres adquiridas de los Padres de la Iglesia, más lo eran -y más antiguas- las leyes de Moisés y los Profetas para los judíos. Ya sabemos la opinión de Jesús -judío- al respecto.)

viernes, 12 de agosto de 2011

Vigésimo Domingo del tiempo ordinario

Is 56, 1. 6 - 7     ("... porque mi casa es casa de oración
                          y así la llamarán todos los pueblos")
Salmo 66            ("Oh Dios, que todos los pueblos te alaben...")
Rm 11,13-15. 29-32   ("... para tener misericordia de todos")
Mt  15, 21 - 28   ("...¡Ten piedad de mí, Señor, 
                              Hijo de David!")

Bien...
Una inmejorable ocasión para comprobar la humanidad de Cristo Jesús. Una humanidad que para nada es -como tantas veces nos han inducido a pensar- una "divinidad capada" (con toda la intencionalidad, el participio usado). Una humanidad como la de cualquiera de nosotr@s: en un eterno camino hacia su perfección. Una humanidad que crece y rompre sus prejuicios gracias al roce con otra humanidad sensible.
Una mujer se acerca a Jesús.
Cansado estoy de oir a más de un predicador que Jesús siempre atendía y atiende a quién le solicita suplicante.
El versículo 23 es contundente: "Jesús no le respondió nada", acaso por ser mujer y además no judía (caneana)
¿Que va a a ser que no?; bueno, quizás...
Empecemos por el comentario de sus discípulos: "atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros"
¿Lo comparamos con este otro referido a un extranjero, romano (es decir, opresor), aunque eso sí, hombre y piadoso?: "Merece que se lo condedas, porque ama a nuestro pueblo y ha sido él quien nos ha edificado la sinagoga"
La humana mentalidad de Jesús no difiere de la de sus discípulos. Pese que (siguiendo en Mt) ya ha realizado la curación de este esclavo, al ser presionado por la mujer, Jesús responde: "Dios me ha enviado solo a las ovejas perdidas de Israel"; a lo que añadió con más dureza: "no está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perrillos". No obstante, una dureza exenta de crueldad e incluso lejos de ofensa: la cultura, toda enseñanza recibida, costumbres adquiridas y aceptadas... así catalogaban a la mujer: menos que nada
Precisamente por ello, la humanidad de Jesús que sobre todo había venido a realizar la voluntad del Padre, viose alimentada de amor. La mujer se tragó su orgullo; un (casi exclusivo) varonil atributo del que una madre no duda en despojarse por el bien de sus hijos.
Precisamente por ello la humanidad de Jesús avanzó en su camino de perfección en ese amor al prójimo (a todo prójimo, y no al que él -humano cristo?- pensaba) por su Amor al Padre y a llevar a cabo su voluntad... aunque ésta pasase por la cruz
"¡Qué grande es tu fé" ! dice el evangelista que proclamara Jesús de la mujer. Diferente del comentario que a un padre realizara antes de curar a su hijo: "Dices que si puedo..."
Nuestra fe nos hace creer en un Dios Padre. Nuestro amor, en un Dios Madre.
Ello, quizás, lo aprendiera Jesús al aceptar su acto supremo de amor y, en la cruz regalarnos a su madre: máxima expresión del amor de nuestro Padre celestial para con nosotros.
No ocultemos la humanidad de Cristo en el áurea de su Divina Resurrección. Para llegar a ella, El también peregrinó su aprendizaje
Al contrario, gocémosnos de la humanidad de Jesús, que es la nuestra.

¡Podemos!, es nuestra fe.    (aunque suene a slogan político)

En el Amigo
al + mc
("...¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de María!")


viernes, 17 de junio de 2011

La Santísima Trinidad

Ex 34, 4b-6.8-9       ("perdona nuestras culpas y pecados
                                tómanos como heredad tuya")
Cántico de Daniel     ("Bendito eres, Señor,
                                Dios de nuestros padres")
2 Cor 13, 11-13       ("tened un mismo sentir y vivid en paz")
Jn 3, 16-18              ("Tánto amó Dios al mundo...")

Anda el curso escolar finalizándose. Se agolpan exámes: los últimos parciales y los definitivos finales. Y sin darnos cuenta, tambien las últimas lecciones: las más importantes... y a las que, por lo ya dicho, solemos dar la más mínima relevancia.
Empezó como siempre, rutinario como cada año: repasando los conceptos básicos que habrán de sustentar (¡ay!) los programados y comprometidos para este. Así, por ejemplo, recordamos que cualquier número real elevado al cuadrado (o multiplicado por sí mismo) es simpre positivo... Y ahora que está a punto de finalizar el curso quizás no pongamos todo nuestro interés por aprender y entender que otro mundo, para nada irreal, es posible: el complejo mundo de los imaginarios, cuya unidad, multiplicada por sí misma... ¡sí!... no es "positiva"
Una lección postrimera, ensombrecida por los afanes del hombre (que no solo de Marta), tan importante como desafortunada en su definición: números imaginarios... pero de poder tan real como la bomba atómica a cuyo desarrollo no solo numérico (teórico) sustentan
¿Y qué nos trae hoy la Palabra... atareados nosotros en custiones, ya nos dicen los letrados, como Dios manda?
A tenor de las lecturas, diría yo, que en la visión de tres dioses diferentes. O uno, sentido de tres formas diferentes.
Visión o sentir diferentes... ¡Vágame Dios... no habrá paz!
Buscar al Señor en el Dios de nuestros Padres está bien. Pero no es ese "todo" nuestro Dios. Y quizás por aquí tenga el verdadero sentido la expresión "todopoderoso". A tal dios, no le damos todo el poder: tan solo el del premiar o castigar. Parafraseando de una forma "negativista" el teorema matemático que repasábamos al principio de curso diríamos que, con esta algebra,  todos los hombres "malos" irán al infierno.
Aunque la visión "positivista" de tal enunciado tampoco es mejor: ¡Bendito sea el dios de mis padres... que mejor se acomoda a mi credo!
La Trinidad es el mundo complejo que nos acerca al concepto de eternidad y de infinitud. Nada fácil de entender... aunque tan simple de aplicar y más aún de sentir: Amor.
"Eso" es nuestro Dios: eterno e infinito Amor. Complejo, Trino... pero de simple aplicación: amor.
Quien se queda en un Dios todopoderoso, no sabe sumar.
Quien se queda en un Cristo doliente, no sabe integrar.
Quien no encuentra al Espíritu de la Sabiduría, no sabrá unirse a su hermano. Tampoco a Cristo; y en él y con él, al Padre en la comunión con el Espíritu Santo.
Finalizando andamos el curso.
Pero no descuidemos tan importante lección.

En el Amigo
al + mc

Pd. Por este curso quizás sea esta mi ultima entrada; al menos "formal" de cada domingo
Pero, intentando ser un poco como el Amigo, no os dejaré solos: he aquí un blog amigo que creo sí continuará "todos los días"

http://sersaldelatierra.blogspot.com/

jueves, 9 de junio de 2011

Pentecostés

Hc 2, 1 - 11   ("Al llegar el día...")
Salmo 103     ("Que le sea agradable mi poema...")
Cor 12, 3b-7.12-13
                     ("En cada uno se manifiesta el Espíritu
                       para el bien común")
Jn 20, 19 - 23 ("Al anochecer de aquel día...")

¿Os acordáis de estos versículos del Génesis:?
"Al principio creó Dios el cielo y la tierra.  La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Dijo Dios:
 - Que exista la luz.
Y la luz existió. Vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz «día», y a la tiniebla «noche».
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero. "

Llegó el momento, el tránsito de la noche al día: viene nosotros la Luz; se cumplió la eterna promesa.

¿Qué celebramos la noche de Pascua?
¿Qué se nos prometió el domingo anterior?
El paso del Yehova, nuestro Dios; el regreso de su Luz; el día en que actuó el Señor.

Hay quien compara y realiza simetrías del día de Pentencostés con aquel en que, en la torre de Babel, dejó el hombre de tener una sola voz, un solo sentir. Y dice que, especialmente en Pentecostes, el Espíritu Santo, el aliento de Dios, entiende y hace entender todos los lenguajes. 
Conceptualmente no estoy de acuerdo, aunque doctores tiene la iglesía. Y no puedo estar de acuerdo porque entiendo que el Espíritu solo entiende un idoma, un lenguaje, un entenderse: el Amor, el único dialogo donde aunque uno no quiera dos acabarán aceptandose. 
Y digo más: Nuestra Iglesia no es católica por abarcar todas las lenguas sino porque sea cual sea el idioma que se utilice se alaba al mismo Padre Dios; y en Cristo se acoge a cualquier hermano, hable el idioma que hable, incluso el incomprensible odio o el amedredado temor, en un abrazo de una muy verbal aunque callada obra del Espíritu.


En el Amigo
al + mc


jueves, 2 de junio de 2011

La Ascensión del Señor

Hc 1, 1 - 11     ("...volverá como le habéis visto marcharse")
Salmo 46         ("... tocad para nuestro Rey, tocad..."
Ef 1, 17 - 23    ("... para que comprendáis cuál es
                         la esperanza a la que os llama")
Mt 28               ("Y sabed que yo estoy con vosotros,
                           todos los días, hasta el fin del mundo")

¿Cómo vieron los apóstoles marchar a Jesús?
La respuesta, académica, es: con la promesa de recibir al Espíritu Santo.
Los aspectos " lo vieron levantarse, hasta que una nube..." son tan accesorios como las selectas apariciones del Señor solo a sus "allegados"
¿Por qué quien públicamente y a diario enseñaba a la gente iba a mostrarse ahora tan intrigante y esotérico?
¿Será que el problema sigue en nosotros?
¿Será que seguimos sin saber ver?
Para los que comprendemos cuál es la esperanza a la que somos llamados y sabemos cómo y de qué manera Jesús está con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo, sólo queda tocar, cantar; con voz fuerte...


En el Amigo
al + mc

    

jueves, 26 de mayo de 2011

Sexto Domingo de Pascua

Hc 8, 5-8. 14-17     (estaban solo bautizados en el nombre
                              del Señor...)
Salmo 65                (Venir a ver las obras de Dios)
1 Pe 3, 15 - 18       (estad siempre prontos a dar razón
                    de vuestra esperanza a todo el que os la pidiera)
Jn 14, 15 - 21         (vosotros, en cambio, lo conocéis
                                -al Espíritu Santo-)

"Solo" estaban bautizados.
Creo que debemos entender que el cronista quiere reflejar este hecho y no que sus allegados díscípulos olvidasen tan pronto que les mandara:
«Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».
 Solo estaban bautizados. ¿Qué significado debemos tomar y entender?
Cuando un cristiano se bautiza (especialmente si es un adulto) o bien reafirma su bautismo en el sacramento de confirmación y también cuando se accede a la vida monástica, elige un nombre para sí.
Es importante recordar su sentido en nuestra religión: El hombre da nombre a todas las cosas que creara Dios Padre para él, poniendo de relieve así su dominio sobre ellas.
Y cuando toma un nombre para sí pretende tomar dominio sobre sí
Por eso no es bastante el bautismo ni aún en el nombre del Señor 
(entendamos, insisto, que este "Señor" es uno con el Padre y con el Espíritu; no hablamos de otro o distinto bautismo que el ordenado por Cristo)
Tánto nos ama Dios Padre, tánto nos conoce, que bien sabe que no será suficiente con el poder de darnos un nombre cada cual a sí mismo para tener un efectivo control sobre sí.
Le sabe a poco, pues, y quiere que cada cual pueda reforzar su dominio real sobre sí identificandose con el Espíritu que da  nombre sobre todo nombre, con el Espíritu de su Hijo, con su propio Espíritu; con su propio dominio de sí.
El mayor dominio del Dios llamado Padre, llamado Amor, su mayor poder es la Verdad; solo Dios Padre puede nombrarla.
Pero nosotros ya conocemos al Padre; le hemos visto en la gloria manifestada por su Hijo Resucitado.
Por eso podemos también nombrarla y proclamar al mundo entero:
¡La Verdad es nuestra Esperanza!
¡Nuestra Esperanza es la Verdad!


En el Amigo,
al + mc

martes, 17 de mayo de 2011

Quinto Domingo de Pascua

Hc 6, 1 - 7     (...los de lengua griega se quejaron
                       contra los de lengua hebrea...)
Salmo 32       (Aclamad, justos, al Señor...)
1 Pe 2, 4 - 9  (... entrad en su luz maravillosa)
Jn 14, 1 - 12  (Ahora ya lo conocéis y
                        lo habéis visto)

Igualito que ahora, ¿verdad?
Vamos muy de cristianos; más en esta época de elecciones.
Pero siempre que podemos, arrimamos el ascua a nuestra sardina. Y con tanto empeño que no nos damos cuenta de la ausencia de siquiera una raspa en la mano de nuestros competidores por el ascua.
La justicia del Señor está muy lejos de cualquier político, sea del color que sea.
¿Que os estoy invitando a no votar? ¿Que este escrito más que una monición es un anuncio  "anti-mitin"?
Por descontado que no es esa mi intención. Pero honestamente creo que Jesús rehuía de la clase política y sus trejemanejes. Daba por descontado "su inevitable" presencia (como los escándalos) pero ¡ay de nosotros si nos dejamos enredar!
Nuestro sentido de la Justicia debe conducirnos a aclamad al Señor como Verdadero Camino de Vida; Senda de Amor y Conocimiento.
Para amar hay que conocer y sin conocimiento no puede haber amor.
Si amo a mis semejantes conoceré sus necesidades. No pondré en duda ninguna de sus quejas porque incluso aunque de mí quisieran aprovecharse, es obvio que precisamente por ello más de mí necesitan.
Cristo nos amó en nuestra debilidad para infundirnos la fuerza de sus obras. En ellas y por ellas también nosotros podemos ser roca firme, piedra angular para quienes amemos.
¿Creemos la Palabra de Cristo? ¿Creemos al menos sus obras?
¿Cuáles son sus obras...? Después de tánto tiempo "resucitado" entre nosotros acaso necesitemos preguntarnos ¿cuál es principal obra?...
Nos enseñó el alcance del Amor del Padre hacia nosotros. No encontraremos amor más grande.
Ahora ya lo conocemos y lo hemos visto vivo, resucitado y eterno, como una luz maravillosa... reflejada en mi prójimo.
Podemos quejarnos de nuestro hermano. Somos semejantes pero no iguales.
Pero si no solucionamos la queja sólo será por no conocerle bien (o no dejarme conocer).
Si no solucionamos las quejas, de nada nos servirán las Promesas...

En el Amigo
al + mc