lunes, 5 de julio de 2010

Decimoquinto Domingo del Tiempo Ordinario

Dt 30, 10 - 14;  Salmo 68;  Col 1, 15 -20;            Lc 10, 23 - 37


" (...) está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca"


Mi profesión ha hecho de mí un hombre muy observador... de aquéllas cosas en que me fijo.
Os compartiré algunas en las que he recaído al leer, sobre todo el Evangelio:

Tanto el sacerdote como el levita "bajan" de Jerusalén a Jericó, al igual que el hombre protagonista de la parábola.
Bueno, ello sólo se dice del protagonista (¿Cristo?) pues el narrador (Jesús) hábil y escuetamente dice que "bajaba por aquel camino" el sacerdote; y que lo mismo hizo el levita (que igualmente ¿bajaba? por el camino)

Muchos son los que creen -creemos- beber de las fuentes de la ciudad eterna. Y con toda pompa o sin ella, "bajamos" a dar de beber al sediento pueblo. ¡Hipócritas! ¡Si así supiéramos sentirnos sedientos! 
Nuestra amada Madre y Maestra cada vez gusta más de vocablos expertos; y desatiende la verdadera necesidad de su progénie desnuda, apaleada, sedienta.
No serán eruditas palabras las que nos sanarán sino el vino, el aceite y un par de denarios al mundano posadero.


El samaritano "sube"; no puede ser de otra manera pues "iba de viaje". Como sabemos Jericó era un lugar de concentración para los que iban o venían de Jerusalén y "no querían pasar por Samaria"; nuestro prójimo era samaritano... y nadie va de viaje a su casa sino que vuelve a ella en todo caso


¿Conclusión?
No solo hay que acertar con el Camino; hay que hacerlo también en la correcta dirección: la del necesitado, la del sentirse necesitado.
A partir de ahí, ¡qué fácil debe ser eso de ayudar al prójimo! (Después de  haberlo hecho con uno mismo)


Para terminar, eso que está muy cerca de ti:
"Amarás a Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo"
Como Él nos ha amado.

1 comentario:

  1. MI chico es observador, como bien dice él de lo que se fija; de otras cosas pues: ahí está bien y allí tambiën,(osea le da =) Pero como veís se fija en lo importante, y además como yo no gasto orientción, tengo la suerte de que vamos por el camino que mi chico dice. Al final pensaré que es bueno que no la tenga (orientación). Y seguro que juntos daremos con la dirección correcta. Te quiero y os quiero. Marieta.

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