lunes, 19 de abril de 2010

Cuarto Domingo de Pascua

Hc 13, 14. 43-52; Salmo 99; Ap 7, 9. 14b-17; Jn 10, 27-30

Anunciamos Nuestra Identidad. Proclamamos Nuestra Vida Eterna

"Yo y el Padre somos Uno"
Yo en primer lugar, ¿gramaticalmente -políticamente- incorrecto?.
"Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?"
También Jesús anduvo tras su propia identidad. También El, sobre todo El, tuvo que descubrirse, que anunciarse Hijo de Dios. Y proclamarse Uno con el Padre en el Espíritu Santo.
"Como tú, Padre, en Mí y Yo en Ti, que también Ellos sean Uno en Nosotros" Unidad en lo Unico. Identificarnos con lo Eterno
¿Quiénes decimos que somos? ¿Los Resucitados en Jesús?
¡Anunciémoslo, Proclamémoslo! -creyéndonoslo-; la valentía para ello se nos dará por añadidura.
Dios mismo consolará nuestros esfuerzos, aparentes fracasos.
Pues desde el Principio tenemos un Fin:
Apacentar en verdes colinas y beber en fuentes de agua viva.

Pd. Totalmente restablecido de mi "resfriado", ¿volvemos a compartir?

1 comentario:

  1. Bellísima entrada.
    Ya nos conpensa los esfuerzos.
    Yo apoyo mi cabeza pensando en El, en los momentos de sufrimiento.
    Una abraçada. Montserrat

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