miércoles, 14 de abril de 2010

Tercer Domingo de Pascua

Hc 5, 27b-32, 40b-41; Salmo 29; Ap 5, 11-14; Jn 21, 1-19

18 Abriles... ¡especial momento para que nos pregunten:  ¿me amas? !

3 comentarios:

  1. Y nosotros/as nos preguntemos
    ¿Amamos al prójimo?

    Un abrazo, Montserrat

    ResponderEliminar
  2. De los exegetas que he consultado me llama la atención que niguno de ellos se pregunta "¿por qué le hacen caso unos experimentados pescadores, cansados de haber faenado toda la noche, a un extraño?"

    ¿No lo encontráis sorprendente? ¿Acaso vosotros, fustrados porque algo no sale como esperábais, seguis las indicaciones del primero que pase? Cierto que tanto en oriente como en occidente es habitual encontrar "mirones" habitualmente ociosos que opinan sin más; alguno incluso con cierto criterio. Pero...

    A mi parecer, la respuesta viene, no obstante, del comentario de uno estos exegetas:

    "Muchachos, ¿no tenéis pescado?" (Muchachos -mozos-; ¿no tenéis pescado? -¿no habéis pescado nada?)

    La palabra mozos (paidia – no teknon – ) sugiere una relación familiar. Generalmente, uno no llamaría mozos a pescadores sin esperar recibir una respuesta hostil. (Pensemos en un rudo albañil al que, sin conocerle, le dijéramos: "chaval, ¿qué no puedes con los ladrillos?")

    De alguna manera, este personaje les pareció familiar. Quizás porque, naturalmente, la Voz de Dios nos es siempre familiar y cercana.

    El problema es reconocer esta Voz primero y escucharLa después.



    Se llena mi espíritu de gozo al descubrir al Santo Espíritu aleteando sobre mis aguas, mis abismos; al saber que el Señor me conduce a Tierra firme, mi prometido Paraíso en la Casa Celestial del Padre.


    ¿No os dais cuenta? Es necesario este misterio de salvación para no creer solo en "un dios" sino en una Trinidad que nos ha creado por Amor y espera paciente a la puerta de cada corazón que le reconozca en este Amor


    No hay que temer lanzarse al agua

    ResponderEliminar
  3. Querido Alfonso: He entrado en tu Bloc esta tarde, un ratito que he tenido.
    He querido decirte lo que pensaba (que es lo mismo que hablamos el otro dia)
    Sigo pensando en lo mismo, referente a la 1ª parte
    ¿Por qué le hacen caso unos experimentados... a la voz de un desconocido?
    Para mi la mayor fuerza de experiencia es la que viene del "interior", siempre que ese interior esté en paz y serenidad, e identificado a la voluntad de Dios.
    Cuando tu interior está en comunión con El notas una fuerza grande... que nadie te la puede dar más que El, y entonces te lanzas muy seguro a lo que sea... por más experiencias y seguridades que hayas tenido... Y ademas esta gran seguridad la haces con confianza, abandono total y sencillez, sabiendo y experimentando que eso NO es obra tuya
    SINO DE UN DIOS QUE TE LLENA LA VIDA POR COMPLETO.

    Es tarde y no puedo seguir más. Un abrazo y todo mi cariño para ti Mª Carmen y los dos hijos.
    Sor Mª Cinta

    ResponderEliminar