domingo, 7 de noviembre de 2010

Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

2 Mac 7, 1 - 2. 2 - 14 ( Los siete hermanos macabeos, cuya madre vió morir por aferrarse a la Vida)
Salmo 16  (Yo te invoco porque Tú me respondes)
2 Tes 2, 16 - 3, 5 (¡Dios Padre nos ama tanto!... y nos regala un consuelo permanente; y una gran esperanza que nos consuela y da fuerzas para la Vida)
Lc 20, 27 - 38 (Los siete hermanos muertos, cuya mujer era objeto de terrena disputa)

Dos ideas quisiera compartiros de estas lecturas.
La primera es máxima común múltiplo de ellas: no el mero concepto de la resurrección (como regalo o premio, que a la postre siempre sería inmerecido) sino de la Esperanza que para nosotros quiere nuestro Padre Celestial.
Pero ello lo desarrollaremos al hilo de comentaros lo que creo que quiere decir y lo que abrigo no quiere decir Cristo ante la falacia en la que le pretenden atrapar en aquel y también en este tiempo.
Porque lo último que quiero sentir como ungido por el sacramento del matrimonio es que -pese incluso a ser sacramento- parece que han de morir todos mis sentimientos hacia mi pareja -y todo lo que ello lleva parejo- si alcanzo lograr la Vida. Pero, muchos creyentes y amantes esposos como yo, nos preguntamos si ello no será más bien un morir la vida... sin los huesos de nuestros huesos ni la carne de nuestra carne.
Por ello estoy convencido que las palabras de Jesús iban por otros derroteros:
En primer lugar para afirmar que la mujer (el hombre) no es propiedad de nadie, ni muchos menos de su conyugue; de la misma manera que nadie es dueño de sí... si desde  la fe admitimos un Señor Jesucristo.
Por eso la contestación del Maestro: "seremos como ángeles". Es decir, eternos, libres de nuestras circunstancias que nos atan -incluso a la muerte si nos dejamos- a las cosas mundanas y caducas.
Nuestro Dios lo es de vivos, no de muertos. Por eso, el que cree en el Camino, la Verdad y la Vida no ha de morir jamás.
Y a ver si en este final de curso aprendemos y comprendemos que lo que Dios promete, no lo dude el hombre

En el Amigo,
al + mc

Dedicado a Shirley y Avelino  que ayer decidieron compartir el camino hacia la esperanza

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