viernes, 10 de diciembre de 2010

Tercer Domingo de Adviento (y Nuestra Señora de Guadalupe)

Is 35, 1 - 6a. 10   (Volverán los rescatados del Señor (...) Pena y aflicción se alejarán)
Salmo 145            (Ven, Señor, a salvarnos)
St 5, 7 - 10          (No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados)
Mt 11, 2 - 11       (Id a anunciar -a Juan- lo que estáis viendo 
                             y oyendo:
                             (...) ¡Y dichoso el que no se escandalizce 
                             de mí)

¿Quién verá la gloria del Señor, su belleza?
Los apóstoles, los profetas, los santos, los mártires, los doctores de la Iglesia... sin duda la verán. Los últimos, pero la verán
Pues suele ocurrir que las personas más grandes y voluminosas dificultan la visión a los más pequeños cuando se les ponen delante
¿Y quiénes son los más grandes a la hora de ver al Señor, más aun que los apóstoles, que los profetas, que los mártires, más aun que el propio Juan el Bautista, el "más grande hombre nacido de mujer"?
Sin duda, los rescatados del Señor. Aquéllos que el mundo condenó al desierto y al yermo; aquéllos a quienes castigamos a vivir en el páramo y la estepa de nuestro desprecio: los cojos, los ciegos, los mudos... aquellos que decimos ser rechazados por el Señor pero El nos insiste en que son sus predilectos. Los nacidos del agua y del Espíritu que volvieron al vientre de su Madre Iglesia y desde ella nacer al hombre nuevo, éstos, los ciegos que ven, los inválidos que andan, los leprosos ahora limpios e inmaculados... los que no se escandalicen del Hijo que anúncia el eterno e infinito amor del Padre serán los primeros en verlo y vivirlo
En este sentido, el Bautista no es que dude si es Jesús el que ha de venir. Juan vive en el desierto como nadie nacido de mujer ha logrado VIVIR. El profeta ha visto la gloria y la belleza del Señor. Pero, ¿y sus discípulos? ¿y nosotros? Es por ello que les envía a Jesús, que nos envía a Jesús
En esta Navidad, el más pequeño, una frágil e indefensa criatura, nos recordará quién es el más grande en el Reino.
¡No nos escandalicemos de ello!


Mucho cariño a mis hermanos que celebran la solemnidad de nuestra Señora de Guadaluoe

1 comentario:

  1. Hola Su Chico:

    Bello recordatorio, de que en esta Navidad
    El nos enseñará quien es el más grande en el
    Reino.


    Un abrazo, Montserrat

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