jueves, 6 de octubre de 2011

XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario

Is 25,6-10a     ("Ahí está nuestro Dios,
                         de quien esperábamos la salvación:")
Salmo 23         ("El señor es mi pastor, nada me puede faltar....")
Flp 4,12-14.19-20 ("... todo lo puedo en Aquel que me conforta.")
Mt 22, 1 - 14 ("Amigo, le dijo, 
                     ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?")

¿Temor?¿He de tener miedo a que mi Rey entre y me encuentre sin traje de fiesta?
¿Debo mostrar miedo y temor del Rey que desea celebrar la boda de su Hijo, Rey de Reyes?
Tánto desea celebrar esta fiesta, seguramente con una gran cena, que al verse despreciado de los que El sentía tan allegados, no duda en realizar una masiva llamada en todo su reino, a buenos y malos.

Miedo no tenían, no tienen, nunca lo tendrán esos que aun siendo su familia elegida reniegan de su invitación; temor no tenían, no tienen, nunca lo tendrán esos que aun sabiendo que se trata de una fiesta real acuden a ella como si de una burla se tratara, pues solo buscan el provecho que puedan sacarle: comer y saciar el cuerpo sin pensar por un solo momento en el gozo inmerecido de ser acogidos por su Rey

Y yo, que he aprendido de su Hijo, del Rey de Reyes a no tener miedo, a no temer...¿también habré de tener miedo de su Padre? ¿Le Tendré que temer?
¿Qué significado puede tener entrar (en el Banquete del Reino) sin el traje de fiesta?
De momento podemos apreciar que el "castigo" a tal osadía es bastante "peor" que el recibido por los "apóstatas" que renegaron la invitación: estos ultimos mueren ejecutados (no necesariamente "de mala muerte" y ya poco podría importarles que incendiaran su ciudad). Pero el primero es atado "de pies y manos y arrojado fuera; allí habrá llanto y rechinar de dientes"
Entrar en el banquete del Reino sin el traje adecuado singnifica claramente no creer en tal realeza sino más bien en otras "realidades" que imponen "otras vestimentas"

"Destruirá la muerte para siempre" anuncia el profeta Isaías.
¡Ay del que se vea arrojado fuera!... será el llorar y rechinar de dientes...¡tan al contrario de las risas y alegrías de una fiesta, de un banquete de bodas!
No; no tengo miedo del que invita
Temo reusar la invitación; más aún: recelo de mi vestimenta

¡Mas tengo fe... y todo lo podré en Aquel que me conforta!
¡Aquí está nuestro Dios, de quien esperamos la salvación!

En el Amigo que nos invita
al + mc

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